Arte al abordaje en toda regla: nos introducimos en el mundo escultórico de Alberto Marco. Un artista que, fascinado por las mareas, recoge los objetos que las olas devuelven para llevarnos de nuevo junto al mar.
El arte del objeto encontrado
Hay una frase del Conde de Lautréamont, poeta francés del siglo XIX, que define muy bien el arte del objeto encontrado: «bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas».
Colocar una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección es lo mismo que coger un urinario y meterlo en una galería de arte. Esto es la famosa fuente de Duchamp, que representa esa forma moderna de hacer arte que él mismo definió como readymade.
Hacer arte por el mero hecho de coger objetos normales, colocarlos en lugares que no les corresponden y ponerles un título de obra de artista.
Hubo muchos críticos ante esta práctica, pero lo cierto es que fue un paso crucial dentro del arte conceptual. A partir de entonces, algo podía ser arte porque el artista lo decidía así. En pocas palabras, el arte empezaba a hablar de arte.
Detalle de la obra ‘La fuente’ de Marcel Duchamp.
Alberto Marco, nuestro Duchamp particular
Pues bien, en Just The Sea tenemos a nuestro propio Duchamp. Se llama Alberto Marco y convierte objetos arrastrados por las mareas en esculturas de barcos, ballenas, y demás motivos marinos que navegan por las casas acercándonos al mar.
Pero, mientras Duchamp reconvertía objetos útiles en otro tipo de objetos, Alberto Marco utiliza objetos que ya son inservibles, que son restos de lo que fueron, y les da una nueva vida.
Aunque Alberto nació en Madrid, muy pronto sintió una intensa pasión por las mareas:
«Desde que recuerdo pasábamos las vacaciones en el mar. Solíamos ir a la costa cantábrica, donde las mareas son enormes y me maravillaba la subida y bajada del mar, cómo la playa se transformaba en enorme y en estrecha, cómo con cada marea se borraban los dibujos hechos en la arena, la cantidad de “tesoros” que encontraba varados en la bajamar. Me impactaba esa fuerza imparable que hacía subir y bajar el nivel del mar».
Alberto Marco en sus vacaciones en el mar.
El dibujo especial y la caja de pinturas
Pero el mar no era lo único que fascinaba a Alberto de pequeño. Su padre siempre pintó: dibujos, acuarela, óleo… A Alberto le gustaba ver cómo se enfrentaba al lienzo en blanco, cómo cogía los pinceles y el orden de los colores de su paleta.
Y hay algo que Marco no puede olvidar: «cuando hacía algún dibujo, digamos “especial”, me dejaba utilizar unos lápices suyos de colores que pintaban de maravilla, para mí era muy emocionante, incluso recuerdo el ritual de sacar aquella caja, utilizar con mimo el sacapuntas, y disfrutar del trazo y los colores que me parecían tan diferentes…».
La pintura es fuente de inspiración para nuestro Duchamp del mar, le inspiran pintores como Antonio López, Barceló o Hundertwasser, pero su gusto por trabajar con las manos y su talento personal, le llevaron a interesarse por la escultura.
“…lo que me ocurre es que veo un trozo de madera, de plástico, de corcho, de hierro, una rama, un tronco, etc… y “veo” que hay algo dentro que puedo intentar sacar a relucir. También me gusta combinar diferentes materiales para lograr un mismo fin y realizar una obra conjugándolos y aprovechando lo que ofrece cada uno…».
Alberto Marco trabajando en sus esculturas.
Móvil creado con objetos encontrados en la orilla por Alberto Marco.
Los amigos pescadores
A Alberto le inspiran las esculturas de Giacometti y Rodin, pero hay otros artistas del mar que también han sido los culpables de su pasión por el océano.
Pasó una etapa en Canarias, y allí se hizo amigo de los pescadores. Ellos le enseñaron el mundo de la pesca y el respeto por el mar…
«… en más de una ocasión pasé miedo en aquella barca que ellos mismos habían construido con sus manos. Miedo a ese mar enorme, poderoso, profundo, negro, invencible. También disfruté de esos momentos emocionantes de la navegación, de esos silencios compartidos a merced del oleaje esperando a que “piquen”. Vi peces preciosos, divertidos, rebeldes, majestuosos…»
Objetos encontrados por Alberto Marco en la orilla del mar.
La pasión por las mareas, la pintura, la escultura, los amigos marineros, la pesca, el océano… y volvemos a la orilla del mar con Alberto.
Colecciona conchas desde siempre, de las conchas pasó a los aparejos de pesca, restos de madera de barcos, de vidrio, entre otras cosas. Empezó haciendo móviles (inspirado en Calder) utilizando los objetos que tenía coleccionados. Después pasó a hacer peces, ya utilizando piezas de madera y plástico. Y, sin pensarlo, veía restos de madera que le inspiraban cascos de barcos…
«… y fui “armándolos” con cuerdas, alambres, mástiles de caña, velas, y completando con diferentes detalles hasta completar esos barcos que espero puedan navegar por nuestras casas a merced de la imaginación y nos transporten cerca del mar».
Nuevos proyectos: la ballena jorobada y el móvil para los amigos
Alberto nos cuenta que ahora está metido en dos proyectos.
Uno es una ballena jorobada de más de cuatro metros de largo. Es de madera y plástico y será para colgar en una pared, aunque tendrá cierto volumen al separarse del plano para dotarla de movimiento. Todavía no sabe qué mares surcará.
El otro es un móvil para el dormitorio de unos amigos en Asturias. La base es un remo encontrado en la playa del que van a colgar más de 80 piezas recogidas en la marea: conchas, flotadores, restos de redes, gafas de bucear, chanclas…
«… en el caso de las obras móviles, sé cómo empiezan, pero no sé cómo acaban. El mundo del equilibrio es un misterio…»
Boceto de la ballena jorobada.
La ballena jorobada work-in-progress.
El remo del móvil.
Boceto del móvil para el dormitorio.
Un móvil de pared.
Un libro, una película, un destino de mar y una canción
Para acabar, le pedimos que nos recomiende un libro, una película y un destino de mar…
«¿Uno sólo?, ¡qué difícil!!!, bueno va, relacionados con el mar: los libros de Patrick O`Brian (todas las aventuras del capitán Aubrey).
Película, ‘El gran azul’.
Toda la costa del Alentejo portugués me parece un destino maravilloso (no lo digas, que igual le da a la gente por ir en masa…)
Y me permito una canción ‘Beast of burden’ de los Rolling Stones…»
En Just The Sea, como no podía ser menos, estamos enamoradas de la obra de Alberto.
Algunas de sus piezas están en nuestra tienda en Madrid, en la calle Santo Tomé 6 (Salesas-Chueca). Just the Sea by Sea Lovers compartimos espacio náutico con la librería náutica Robinson.
2 replies to “Alberto Marco y sus esculturas que vienen de las mareas”
Angel
Impresionado por el Arte de mi primo, Alberto, todo un genio que trabaja con los materiales básicos, naturales. Su trabajo es genial, lo mismo que un reportaje hecho desde el corazón.
Alberto Marco y sus esculturas que vienen de las mareas
Arte al abordaje en toda regla: nos introducimos en el mundo escultórico de Alberto Marco. Un artista que, fascinado por las mareas, recoge los objetos que las olas devuelven para llevarnos de nuevo junto al mar.
El arte del objeto encontrado
Hay una frase del Conde de Lautréamont, poeta francés del siglo XIX, que define muy bien el arte del objeto encontrado: «bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas».
Colocar una máquina de coser y un paraguas en una mesa de disección es lo mismo que coger un urinario y meterlo en una galería de arte. Esto es la famosa fuente de Duchamp, que representa esa forma moderna de hacer arte que él mismo definió como readymade.
Hacer arte por el mero hecho de coger objetos normales, colocarlos en lugares que no les corresponden y ponerles un título de obra de artista.
Hubo muchos críticos ante esta práctica, pero lo cierto es que fue un paso crucial dentro del arte conceptual. A partir de entonces, algo podía ser arte porque el artista lo decidía así. En pocas palabras, el arte empezaba a hablar de arte.
Alberto Marco, nuestro Duchamp particular
Pues bien, en Just The Sea tenemos a nuestro propio Duchamp. Se llama Alberto Marco y convierte objetos arrastrados por las mareas en esculturas de barcos, ballenas, y demás motivos marinos que navegan por las casas acercándonos al mar.
Pero, mientras Duchamp reconvertía objetos útiles en otro tipo de objetos, Alberto Marco utiliza objetos que ya son inservibles, que son restos de lo que fueron, y les da una nueva vida.
Aunque Alberto nació en Madrid, muy pronto sintió una intensa pasión por las mareas:
«Desde que recuerdo pasábamos las vacaciones en el mar. Solíamos ir a la costa cantábrica, donde las mareas son enormes y me maravillaba la subida y bajada del mar, cómo la playa se transformaba en enorme y en estrecha, cómo con cada marea se borraban los dibujos hechos en la arena, la cantidad de “tesoros” que encontraba varados en la bajamar. Me impactaba esa fuerza imparable que hacía subir y bajar el nivel del mar».
El dibujo especial y la caja de pinturas
Pero el mar no era lo único que fascinaba a Alberto de pequeño. Su padre siempre pintó: dibujos, acuarela, óleo… A Alberto le gustaba ver cómo se enfrentaba al lienzo en blanco, cómo cogía los pinceles y el orden de los colores de su paleta.
Y hay algo que Marco no puede olvidar: «cuando hacía algún dibujo, digamos “especial”, me dejaba utilizar unos lápices suyos de colores que pintaban de maravilla, para mí era muy emocionante, incluso recuerdo el ritual de sacar aquella caja, utilizar con mimo el sacapuntas, y disfrutar del trazo y los colores que me parecían tan diferentes…».
La pintura es fuente de inspiración para nuestro Duchamp del mar, le inspiran pintores como Antonio López, Barceló o Hundertwasser, pero su gusto por trabajar con las manos y su talento personal, le llevaron a interesarse por la escultura.
“…lo que me ocurre es que veo un trozo de madera, de plástico, de corcho, de hierro, una rama, un tronco, etc… y “veo” que hay algo dentro que puedo intentar sacar a relucir. También me gusta combinar diferentes materiales para lograr un mismo fin y realizar una obra conjugándolos y aprovechando lo que ofrece cada uno…».
Los amigos pescadores
A Alberto le inspiran las esculturas de Giacometti y Rodin, pero hay otros artistas del mar que también han sido los culpables de su pasión por el océano.
Pasó una etapa en Canarias, y allí se hizo amigo de los pescadores. Ellos le enseñaron el mundo de la pesca y el respeto por el mar…
«… en más de una ocasión pasé miedo en aquella barca que ellos mismos habían construido con sus manos. Miedo a ese mar enorme, poderoso, profundo, negro, invencible. También disfruté de esos momentos emocionantes de la navegación, de esos silencios compartidos a merced del oleaje esperando a que “piquen”. Vi peces preciosos, divertidos, rebeldes, majestuosos…»
La pasión por las mareas, la pintura, la escultura, los amigos marineros, la pesca, el océano… y volvemos a la orilla del mar con Alberto.
Colecciona conchas desde siempre, de las conchas pasó a los aparejos de pesca, restos de madera de barcos, de vidrio, entre otras cosas. Empezó haciendo móviles (inspirado en Calder) utilizando los objetos que tenía coleccionados. Después pasó a hacer peces, ya utilizando piezas de madera y plástico. Y, sin pensarlo, veía restos de madera que le inspiraban cascos de barcos…
«… y fui “armándolos” con cuerdas, alambres, mástiles de caña, velas, y completando con diferentes detalles hasta completar esos barcos que espero puedan navegar por nuestras casas a merced de la imaginación y nos transporten cerca del mar».
Nuevos proyectos: la ballena jorobada y el móvil para los amigos
Alberto nos cuenta que ahora está metido en dos proyectos.
Uno es una ballena jorobada de más de cuatro metros de largo. Es de madera y plástico y será para colgar en una pared, aunque tendrá cierto volumen al separarse del plano para dotarla de movimiento. Todavía no sabe qué mares surcará.
El otro es un móvil para el dormitorio de unos amigos en Asturias. La base es un remo encontrado en la playa del que van a colgar más de 80 piezas recogidas en la marea: conchas, flotadores, restos de redes, gafas de bucear, chanclas…
«… en el caso de las obras móviles, sé cómo empiezan, pero no sé cómo acaban. El mundo del equilibrio es un misterio…»
Un libro, una película, un destino de mar y una canción
Para acabar, le pedimos que nos recomiende un libro, una película y un destino de mar…
«¿Uno sólo?, ¡qué difícil!!!, bueno va, relacionados con el mar: los libros de Patrick O`Brian (todas las aventuras del capitán Aubrey).
Película, ‘El gran azul’.
Toda la costa del Alentejo portugués me parece un destino maravilloso (no lo digas, que igual le da a la gente por ir en masa…)
Y me permito una canción ‘Beast of burden’ de los Rolling Stones…»
En Just The Sea, como no podía ser menos, estamos enamoradas de la obra de Alberto.
Algunas de sus piezas están en nuestra tienda en Madrid, en la calle Santo Tomé 6 (Salesas-Chueca). Just the Sea by Sea Lovers compartimos espacio náutico con la librería náutica Robinson.
También las puedes ver y comprar en nuestra tienda online.
Si tú también encuentras fascinante la obra de Alberto, cuéntanoslo aquí abajo, en un comentario 👇
2 replies to “Alberto Marco y sus esculturas que vienen de las mareas”
Angel
Impresionado por el Arte de mi primo, Alberto, todo un genio que trabaja con los materiales básicos, naturales. Su trabajo es genial, lo mismo que un reportaje hecho desde el corazón.
Ana Zaragoza
Gracias, Angel. El trabajo de tu primo ha sido un descubrimiento muy especial para mí.